viernes, 25 de diciembre de 2015

EL NIÑO DIOS DE LOS REGALOS Y LOS JUGUETES.

EL NIÑO DIOS DE LOS REGALOS Y LOS JUGUETES.
ESTAS SON HISTORIAS MALINTENCIONADAS.
¿SERÍA POR ESTO QUE INVENTARON A PAPÁ NOEL, SANTA CLAUS, SAN NICOLAS?
« ¿DÓNDE ESTÁN LOS JUGUETES?»
Por Carlos Rey.

(Canción cantada por Carlos Rey en audio y en video)

—Mamá, ¿dónde están los juguetes?
Mamá, el Niño no los trajo.

—Será que no vio tu cartica
que pusiste en la noche sobre tus chancletitas.

—Mamá, hoy me siento muy triste;
Mamá, el Niño no me quiere.

—Será que tú hiciste algo malo
y el Niñito lo supo; por eso no los trajo.

—Mi amor, ya no te sientas triste;
mi amor, si a tu lado me tienes.
//Y así esperaremos juntos,
Rezaremos al cielo hasta el año que viene.//

«¿Qué hay de aquella voz que preguntaba a su mamá dónde están los juguetes? —pregunta Valentina Lares Martiz en Caracas como corresponsal de El Tiempo en diciembre de 2006, aludiendo a la canción del compositor venezolano Oswaldo Oropeza—.... Raquel Castaños se hizo célebre... con “Mamá, ¿dónde están los juguetes?”.... Su vida quedó enclavada en el mundo del espectáculo desde que grabó esa canción a los siete años, cuando era integrante del coro infantil Los Pájaros.

»... Castaños [es] hoy referencia obligada para todo el que quiera saber de la canción venezolana. Más de treinta discos engrosan su hoja de vida.... “Raquelita”: Así la llaman aún muchísimos venezolanos, que no pueden dejar de verla como la niña prodigio....»1

De ahí que la periodista colombiana pregunte qué fue de la niña venezolana que interpretó la canción. Pero ¿qué de los niños de carne y hueso que representa aquel niño creado por su autor? Esos son los genuinos protagonistas de la canción, los que no reciben juguetes ni en la Nochebuena ni en el Día de los Reyes... mientras que otros niños alrededor del mundo reciben tantos juguetes que no saben ni qué hacer con ellos. A los niños que no reciben nada, la Navidad los decepciona por completo. Por razones ajenas a su voluntad y a la de quienes cuidan de ellos —si son lo bastante afortunados para tener a alguien que los cuide y los quiera— han de conformarse cada año con esperar a ver si el destino les depara algo mejor el año que viene.

¡Qué triste que, además de carecer de lo que otros dan por sentado, muchos de esos niños malnutridos crecen creyéndose el cuento de que la culpa de su privación la tiene Dios o la tienen ellos, presuntamente porque el Niño Dios pasó de largo por su casa, o se hizo el de la vista gorda, o no tenía tiempo para leer su carta, o los está castigando por haberse portado mal. Lo cierto es que Jesucristo, aquel Niño Dios que vino al mundo para hacerse hombre y vivir rodeado de niños como ellos, no los quiere castigar sino perdonar cuando hacen algo malo y le piden perdón, porque sí los quiere. Cristo ama tanto a los niños que dio su vida por ellos para que pudieran vivir en el cielo por toda la eternidad,2 que vale infinitamente más que todos los juguetes del mundo.

1         Valentina Lares M., «“Himnos” navideños son venezolanos», eltiempo.com, 24 diciembre 2006 <http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM2327542>; Valentina Lares Martiz, «Canciones de Navidad más famosas en América Latina y sus intérpretes son de origen venezolano», eltiempo.com, 26 diciembre 2006 <http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS3379010>.

2         Mr 8:36-37; 10:13-16; Jn 1:14; 3:16; 1Jn 1:9

¿POR QUÉ NACIÓ JESÚS?

¿POR QUÉ NACIÓ  JESÚS?
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Marcos 10:45.
He aquí un aspecto de la historia de la Navidad que casi nunca se cuenta: aquellas suaves manitas, formadas por el Espíritu Santo en el vientre de María, fueron hechas para que los clavos las atravesaran. Aquellos pies pequeños color de rosa que no podían andar un día caminarían hasta una colina polvorienta para ser clavados a una cruz. Aquella linda cabecita con ojos chispeantes y una boca impaciente estaba formada para que algún día los hombres pusieran sobre ella una corona de espinas. Aquel tierno niñito, amoroso y apacible, envuelto en pañales, un día sería desgarrado violentamente por una lanza.
Jesucristo nació para morir.
No piense que estoy tratando de apagar su entusiasmo navideño. Lejos de eso, ya que la muerte de Jesús, aunque planificada y llevada a cabo por hombres con malvadas intenciones, no fue de ningún modo una tragedia. En realidad, representa la mayor victoria sobre el mal que alguien haya logrado.
No piense que estoy tratando de apagar su entusiasmo navideño. Lejos de eso, ya que la muerte de Jesús, aunque planificada y llevada a cabo por hombres con malvadas intenciones, no fue de ningún modo una tragedia. En realidad, representa la mayor victoria sobre el mal que alguien haya logrado.
La Navidad se deletrea A-M-O-R. ¿Cuál es el mensaje de Navidad? Juan 3:16, Dios nos obsequió el regalo de amor en la primera Navidad. Correctamente se dice: “Lo que el mundo necesita es amor.” Yo lo necesito. Usted lo necesita. Su cónyuge lo necesita. Su hijo (a) lo necesita. Un anciano o anciana sentada sola en un asilo lo necesita. Un niño abandonado y solo en un orfanato lo necesita también. Dios envió a su único Hijo como el Salvador. Él sabía que no podíamos salvarnos a nosotros mismos. Así que mandó a su Hijo a nacer en un pesebre, a morir en la cruz, a resucitar en gloria, y a regresar otra vez a redimir su iglesia.
¿Dónde pasará su Navidad? Quizás usted pueda sacar un momento para compartir el regalo de amor divino con alguien que esté solo.







jueves, 24 de diciembre de 2015

EL TIEMPO OPORTUNO DE CRISTO.

 EL TIEMPO OPORTUNO DE CRISTO.
Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo. Gálatas 4:4.
La primera Navidad ocurrió en el momento oportuno. Gálatas 4:4-5 dice: "Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley". ¿Qué era "el cumplimiento del tiempo"? El tiempo soberano de Dios. Él ordenó los acontecimientos mundiales para que todo estuviera preparado para la venida de Cristo y la subsiguiente evangelización de los apóstoles.
Al hacer un análisis de la iglesia primitiva, nos asombra la rápida difusión del evangelio en menos de un siglo. La mano soberana de Dios se destaca con toda claridad. La venida de Cristo no pudo haber sido en un tiempo más propicio.
NUEVAS DE GRAN GOZO PARA TODOS.
Lucas 2:10: “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo.”
El ángel anunció que hemos recibido “nuevas de gran gozo, que [son] para todo el pueblo” .Dios desea que su mensaje se dé a conocer por todo el mundo. Ahora bien, sé que quizás usted no sea un predicador, pero sí puede ser uno que alcanza almas. ¿Qué sucedería si todo creyente saliese a su vecindario y proclamara: “¡Jesús es Señor!”? ¿Cómo va el mundo a conocerle si no se lo decimos? Debemos ser valientes al llevar el mensaje de Jesús. Amigo (a), los cielos se abrirán y las trompetas sonaran. Y los muertos en Cristo resucitarán. Y una vez más se escuchará al ángel. ¡Él ha regresado! El Salvador que llegó a nacer en un pesebre, regresa como Monarca a gobernar y reinar.
¿Está usted compartiendo gozosamente las Buenas Nuevas de Cristo esta Navidad? ¿Será valiente y compartirá con alguien estas Buenas Nuevas hoy?




miércoles, 23 de diciembre de 2015

HERMOSA NAVIDAD 2015.

¿TIENE USTED ALGUNA DUDA CON LA UTILIZACIÓN DEL ÁRBOL DE NAVIDAD?
¿EL PESEBRE O ALGUNAS TRADICIONES?
DIOS CON NOSOTROS.
Porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. Lucas 1:45.
Isaías 7:14 dice: "El Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel". Esa virgen se llamaba María.
Sin embargo, el nombre Emmanuel es la clave de este versículo, y el corazón de la historia de la Navidad. Es un nombre hebreo que literalmente significa "Dios con nosotros". Es una promesa de la deidad encarnada, una profecía de que Dios mismo aparecería como un niño humano, Emanuel, "Dios con nosotros". Ese niñito que iba a nacer sería Dios mismo en forma humana.
Si pudiéramos condensar todas las verdades de la Navidad en solo tres palabras, estas serían las palabras: "Dios con nosotros". Tenemos la tendencia a enfocar nuestra atención en Navidad en la infancia de Cristo. La más grande verdad de esa festividad es su deidad. ¡Más asombroso que un niño en el pesebre es la verdad de que este niño prometido es el Creador omnipotente de los cielos y la tierra!
¿PAZ EN LA TIERRA?
¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Lucas 2:14.
Como oímos tan a menudo en Navidad, el comienzo de la vida terrenal de Cristo fue proclamada por ángeles que anunciaron paz en la tierra (Lc. 2:14).
Nunca ha habido en realidad paz en la tierra, en el sentido en que pensamos en ella. Guerras y rumores de guerras han caracterizado dos milenios desde aquella primera Navidad, y todo el tiempo antes de ella.
Ese anuncio de paz en la tierra fue una proclamación con dos sentidos. En primer lugar, informó de la llegada del único que finalmente puede traer paz duradera a la tierra (lo que Él hará cuando venga a establecer su reino terrenal).
Pero más importante es que fue una proclamación de que la paz de Dios está a disposición de los hombres y las mujeres. Lea atentamente las palabras de Lucas 2:14: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres".
¿Quiénes son esos para con quienes Él tiene buena voluntad? Los que han rendido su vida a la autoridad de su gobierno.
LOS CRISTIANOS Y LA NAVIDAD.
El que hace caso del día, lo hace para el Señor. Romanos 14:6.
Los puritanos de los primeros años en América del Norte rechazaron por completo las celebraciones de la Navidad. Deliberadamente trabajaban el 25 de diciembre para demostrar su menosprecio. En 1644 se aprobó una ley en Inglaterra que reflejaba una influencia puritana parecida. La ley establecía oficialmente el día de Navidad como día de trabajo. Durante algún tiempo en Inglaterra era literalmente ilícito cocinar pudín de pasas o pastel de fruta para esa festividad.
Por lo general hoy los cristianos no se oponen a la celebración de la Navidad. La festividad misma no significa nada, y el observarla no es cuestión de bueno o malo. Como escribiera Pablo "Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios" (Ro. 14:5-6). Cada día, incluso el de Navidad, es una celebración para nosotros que lo conocemos y lo amamos.
LA GRACIA DE CRISTO PARA LOS PECADORES.
 Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
Mateo 9:13.
Los antepasados de Jesús pudieran sorprenderlo a usted. Su genealogía incluye algunos nombres que usted se escandalizaría al encontrarlos en el linaje real del Rey de reyes. Se destacan cuatro mujeres en particular. No solo es raro encontrar mujeres mencionadas en una genealogía hebrea, sino que esas mujeres son muy notables porque contrastan mucho con la absoluta pureza y la justicia del Ungido de Dios. Todas ellas eran menospreciables, pero formaron parte del álbum familiar de Jesús. Son una garantía de la gracia de Dios para pecadores como nosotros.
UN MENSAJE DE GRACIA.
Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Mateo 1:21.
 Usted podría pasar por alto la genealogía de Jesucristo cuando lee en voz alta la historia de la Navidad. Pero no pase por alto su mensaje de gracia.  Después de todo, esta es la esencia de la historia de la Navidad: En su misericordia, Jesucristo hizo por los pecadores lo que ellos no podían hacer por sí mismos, reparando vidas quebrantadas y restaurando esperanzas frustradas. Por eso Él vino, para salvar a su pueblo de sus pecados (Mt. 1:21).
He aquí la mejor parte: "La misma gracia que fue evidente en la genealogía está vigente hoy, y el mismo Jesucristo está salvando a su pueblo de sus pecados". Ningún pecado, sin que importe cuán horrendo sea, pone a los pecadores fuera de su alcance. "Puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos" (He. 7:25).
EL ÁRBOL DE NAVIDAD.
La gloria del Líbano vendrá a ti. Isaías 60:13.
Los árboles de Navidad parecen tener su origen en las antiguas celebraciones saturnales. Los romanos decoraban sus templos con verdor y con velas. Los soldados romanos que conquistaron las Islas Británicas hallaron que los druidas, sacerdotes de una orden religiosa céltica, adoraban el muérdago, y que los sajones usaban el agrifolio y la hiedra en las ceremonias religiosas. Todas esas cosas se incorporaron a las costumbres navideñas.
Sin embargo, resulta interesante notar que la primera persona que haya encendido un árbol de Navidad pudiera haber sido Martín Lutero, padre de la Reforma. Él introdujo la costumbre de poner velas en los árboles para celebrar la Navidad, citando a Isaías 60:13 como autoridad bíblica para esa costumbre: "La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies."
EL NACIMIENTO VIRGINAL DE CRISTO.
Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. Mateo 1:18.
El nacimiento virginal es una suposición implícita en todo lo que la Biblia dice acerca de Jesús. Rechazar el nacimiento virginal es rechazar la deidad de Cristo, la exactitud y la autoridad de la Biblia, y muchas otras doctrinas relacionadas que son el fundamento de la fe cristiana. Nada es más importante que el nacimiento virginal para comprender quién es Jesucristo. Si negamos que Jesucristo es Dios, hemos negado la esencia misma del cristianismo. Todo lo demás que la Biblia enseña acerca de Cristo depende de la verdad que celebramos en Navidad: que Jesucristo es Dios encarnado. Si la historia de su nacimiento es simplemente una leyenda inventada, entonces lo es el resto de lo que la Biblia nos dice de Él. El nacimiento virginal es tan importante como la resurrección en la comprobación de su deidad. No es una verdad optativa. Cualquiera que rechace la deidad de Cristo rechaza absolutamente a Cristo, aunque aparente lo contrario (vea 1 Jn. 4:1-3).
NO HAY OTRO NOMBRE.
No hay otro nombre bajo el cielo. Hechos 4:12.
El ángel que apareció a José subrayó el significado del nombre de Jesús: "Dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt. 1:21). Jesús, del hebreo Joshua, o Joshua, significa "Jehová salvará". El nombre mismo era un testimonio de la salvación de Dios. Pero el ángel le dijo a José que el Hijo de María sería la encarnación misma de la salvación de Jehová. Él mismo salvaría a su pueblo de sus pecados.
Después de la resurrección de Jesús, Pedro, hablando ante el sanedrín, también subrayó la importancia del nombre de Jesucristo "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hch. 4:12).
NO HAY LUGAR PARA CRISTO.
Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2:7.
Estoy convencido de que la mayoría de las personas se pierden la Navidad. Observan la temporada navideña porque la cultura dice que es lo que debe hacerse, pero las multitudes no piensan en la realidad de lo que están celebrando. Se ha añadido tanto mito y fantasía a la festividad que las personas ignoran el verdadero milagro del nacimiento de Cristo. La emoción legítima de la festividad se ha dejado llevar por un desenfreno hipócrita. Hace poco vi un periódico que tenía dos páginas de entrevistas a personas en la calle que dieron sus opiniones acerca del verdadero sentido de la Navidad... Algunas fueron sentimentales, diciendo que la Navidad es un tiempo familiar, una época para los niños, y así sucesivamente. Otras fueron humanistas, diciendo que la Navidad es un tiempo para celebrar el amor a los demás seres humanos, el espíritu generoso y toda esa serie de cosas. Otras fueron insensatamente hedonistas, considerando la Navidad simplemente como otra excusa para festejar. Ninguna persona hizo mención del incomprensible milagro del nacimiento de Dios como un niñito.



martes, 27 de enero de 2015

LA TUMBA DE JESÚS ESTÁ VACÍA.

Mateo 1:21: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.”
¿Somos los creyentes ingenuos por creer en Jesús? ¿Estamos sirviendo a un Dios falso? Si usted va a la tumba de Confucio, encontrará que está ocupada. Si va a la tumba de Buda, encontrará que está ocupada. Si va a la tumba de Jesús, usted la encontrará vacía. Él es un Salvador resucitado. Eso es importantísimo, porque usted puede sacar a Confucio del confucionismo y aún tener el confucionismo. Puede sacar a Buda del budismo y todavía tener el budismo. Pero usted no puede sacar a Jesucristo del cristianismo y aún tener el cristianismo, porque el cristianismo no es un código, no es un credo, no es una causa. Es el mismo Cristo.
Usted tiene una esperanza que el mundo necesita escuchar. ¿Con quién puede compartir esa esperanza hoy?.

jueves, 15 de enero de 2015

UNA HISTORIA DE NAVIDAD QUE NOS RECUERDA AL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. JESUCRISTO

«NI QUITO NI PONGO REY»
por Carlos Rey

Cuenta la historia, a modo de leyenda, que sucedió en las cercanías del Castillo de Montiel, en la Ciudad Real de España, el 23 de marzo de 1369. Dentro de la tienda de campaña del capitán francés Beltrán du Guesclin se encontraron Pedro I el Cruel (también llamado el Justiciero) y su hermanastro Enrique de Trastámara, conocido como el Bastardo. El encuentro entre los dos pretendientes al trono de Castilla culminó cuerpo a cuerpo, trabados en una lucha a muerte. En el curso de la pelea Pedro derribó a Enrique y desenfundó su espada para matarlo, pero en eso intervino Beltrán, que era comandante en jefe de las llamadas Compañías Blancas que servían los intereses de Enrique. Sin más ni más aquel mercenario francés sujetó a don Pedro para que su rival Enrique pudiera apuñalarlo, no sin antes pronunciar las palabras que llegarían a ser famosas: «Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor.» Gracias a la ayuda del francés Beltrán du Guesclin, Enrique de Trastámara degolló a su hermanastro y así llegó a ser nombrado rey con el nombre de Enrique II. La historia habría de recordarlo como «el de las Mercedes» debido a los muchos favores que les concedió a los miembros de su camarilla.
De ahí el refrán que dice: «Ni quito ni pongo rey», que se limita a la primera parte de la frase histórica de la que procede. En tono cínico, el dicho se emplea para expresar la necesidad que se tiene para ayudar o favorecer a una persona, cualesquiera que sean el motivo y las consecuencias de tal ayuda.1
Eso mismo pudo haberle dicho al rey Herodes cualquiera de los tres sabios del Oriente, a quienes la tradición llama reyes magos, si hubiera tenido que explicarle sus acciones al malvado monarca después de adorar al Niño Dios. Lo cierto es que los sabios llegaron a Jerusalén y se enteraron en la corte de Herodes de que el futuro rey de los judíos había de nacer en Belén de Judea. Pero los reyes magos no volvieron a Jerusalén para avisarle a Herodes que habían encontrado al niño Jesús, tal como él les había pedido, porque se les había advertido en sueños de que no lo hicieran, sino que regresaran a su tierra por otro camino.2
Cuando Herodes se dio cuenta de lo sucedido, mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y en sus alrededores, a fin de asegurarse de eliminar al tal aspirante al trono. Pero un ángel del Señor ya se le había aparecido en sueños a José, el padre de Jesús, y le había advertido que debía huir a Egipto porque Herodes iba a buscar al niño para matarlo.3 Fue así como se frustraron los planes del rey de Judea, y se llevaron a cabo los planes del Rey del universo. Los sabios del Oriente ni quitaron ni pusieron rey, pero ayudaron a su señor, el Señor de señores. Tal parece que ellos contemplaron lo que no llegaron a comprender ni Herodes al principio ni Pilato al final de la vida de ese niño: que el reino de aquel rey de los judíos no era de este mundo,4 ya que Jesucristo no había venido al mundo para imponer su voluntad y reinar sobre un trono, sino para reinar en el corazón de todo el que voluntariamente lo coronara rey de su vida.

1Gregorio Doval, Del hecho al dicho (Madrid: Ediciones del Prado, 1995), p. 282‑83; Alberto Buitrago Jiménez, Dichos y frases hechas (Madrid: Espasa Calpe, 1997), pp. 269‑70; y Luis Junceda, Del dicho al hecho (Barcelona: Ediciones Obelisco, 1991), pp. 52‑53.
2Mt 2:1‑12
3Mt 2:13‑18
4Jn 18:33‑38

jueves, 1 de enero de 2015

¿ QUÉ SIGNIFICA PARA USTED LA PALABRA NAVIDAD?.

LA PALABRA «NAVIDAD»
Por Carlos Rey.

Un profesor de psicología les dio a sus estudiantes un examen de asociación de palabras. Les dijo que escribieran lo primero que les viniera a la mente tan pronto como él dijera cada palabra. Por ejemplo, si decía «conversación», podían escribir «teléfono» o «diálogo». Una de las palabras de ese día causó diversas reacciones y asociaciones sumamente interesantes. La palabra era «Navidad».
Estas fueron algunas de las palabras que asociaron con la Navidad: cohetes, fiesta, lechón asado, baile, licor, regalos, árbol y luces. Entre todas las asociaciones no hubo ninguna referencia a Jesucristo, ni siquiera a su nacimiento.
La verdad es que muy poco de lo que hacemos hoy día se asocia con lo espiritual. Muy pocas de nuestras actividades tienen alguna relación con lo divino. Muy pocos de nuestros pensamientos abordan lo religioso. Hablamos con vehemencia en contra del materialismo. Nos sorprendemos cuando alguien afirma que es ateo. Nos enojamos cuando alguna persona ridiculiza las cosas religiosas. Y sin embargo guardamos muy poca relación con lo espiritual. Claro que de cuando en cuando vamos a la iglesia, quizás una vez al mes o hasta una vez a la semana. Pero muchas veces lo hacemos para salir de una exigencia social. Desde luego que buscamos a Dios en los momentos de tragedia, pero esto también viene a ser un acto de último recurso, cuando no nos queda otra esperanza en la vida. Mientras tenemos buena salud y disfrutamos de popularidad, mientras nuestros amigos nos acogen y todo nos va bien, no buscamos seriamente a Dios. Así que aquellas asociaciones con la palabra «Navidad» revelan algo que se expresa en todas las facetas de nuestra vida.
Si aquel profesor les hubiera dicho la palabra que pusimos como ejemplo, «conversación», habría escogido una de las palabras que más debiéramos asociar con la Navidad. Porque a los ojos de Dios, lejos de representar cohetes, fiestas, lechón asado, baile, licor, regalos, árbol y luces, la Navidad fue el principio de un nuevo diálogo que entabló Él con nosotros. Esa primera Nochebuena, Dios el Padre, mediante el nacimiento de su Hijo Jesucristo, reparó la línea de comunicación con nosotros que se había cortado a fin de que pudiéramos restablecer con Él la comunión que habíamos perdido. De modo que ahora todos podemos tener comunión íntima y constante con Dios. Él está esperando que respondamos a la llamada celestial que nos hizo por medio de su Hijo. Pues es mediante esa conversación que restablecemos la conexión y mostramos que comprendemos el verdadero sentido de la Navidad.